“Cuando se abre la puerta de la comunicación todo es posible. Debemos practicar abrirnos a los demás para restablecer la comunicación con ellos” (Thich Nhat Hanh).
¿QUÉ PUEDES HACER?
- Quítate de la cabeza que vas a tener una conversación difícil, porque te pone a la defensiva. ¡No anticipes!
- Escucha. Traduce lo que te dice la otra persona a tus propias palabras, reducirás la probabilidad de malentendidos y te obligará a prestar atención.
- Ten claro tu objetivo, y si es necesario, hazte un guion.
- Habla de ti: de tus pensamientos, tus opiniones, tus percepciones y tus sentimientos.
- Practica la empatía. Aunque la otra persona te haga daño ponte en su lugar, y hazla sentir comprendida.
- Céntrate en el resultado que quieres conseguir.
- Da tantas alternativas como te sea posible.
- Comprueba que la otra persona te ha comprendido. Puede servirte hacerle preguntas.
- Llegad a un acuerdo, y hacedlo explícito.
- Da las gracias al terminar, aunque no hayas conseguido tus objetivos.
¿Y SI LA COSA SE VA DE MADRE?
- No entres al trapo: recuerda tu objetivo.
- Respira o pide tiempo fuera. Cuando te encuentres mejor, vuelve y retoma la conversación.
- Habla más bajo y más despacio. Se te percibirá como menos amenazante, por lo que es más fácil que la conversación vuelva a su cauce.
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